Pols. púbs. para el desarrollo local. Bases para la transformación política, económica y social
En pleno auge de una sociedad movilizada y ávida de cambios, es importante plantearnos algunos interrogantes. ¿Cómo queremos abordar los conflictos? ¿Alcanzan las soluciones actuales? ¿Cómo podemos hacer frente a las problemáticas locales? Para ello, podemos comenzar profundizando sobre el rol de las políticas públicas.

En la búsqueda de un futuro sostenible y equitativo, la implementación efectiva de políticas públicas en los municipios de Argentina implica un elemento de relevancia vinculado intrínsecamente con la Agenda 2030.
A medida que avanzamos hacia la meta, podemos evidenciar fallas en las estrategias implementadas para el cambio estructural propuesto por el tópico del Desarrollo Sostenible. Pero, ¿a qué se debe esto? Como hemos mencionado en los artículos anteriores, las estrategias de implementación de los ODS deben tener como núcleo práctico un enfoque integral, interdisciplinario y multidimensional.
Exploraremos a continuación las diversas aristas que hacen a la relevancia mencionada sobre la generación de políticas públicas locales que sean integrales y que atiendan a los conflictos de la manera más completa posible.
Desde los diversos esfuerzos que buscan una implementación concreta de la Agenda 2030, nos proponemos analizar la mejor forma de contrarrestar los desafíos que se enfrentan diariamente a nivel local para territorializar los ODS.
Sabemos que no alcanza con la misma fórmula que se viene implementando hasta el momento. Para poder nutrir el nivel más esencial de la sociedad de la transformación sostenible, es imperioso comenzar por las comunidades y los núcleos sociales de cada uno de nosotros. Desde allí podremos profundizar las estrategias de implementación de la Agenda, generando confianza y empoderamiento en las comunidades locales.
Desde esta perspectiva, la generación de alianzas, la transparencia, el gobierno abierto y la cooperación horizontal entre los distintos niveles institucionales abren las puertas a que el Estado, la sociedad civil y el sector empresarial, en un trabajo mancomunado, puedan contribuir al desarrollo de políticas públicas sólidas que aborden los desafíos de cada comunidad de forma transversal.
Este concepto llevado a la práctica tiene el potencial de transformar la vida en los municipios de nuestro país y es preciso comenzar por allí. Dado que es en este lugar donde se encuentran en primera persona y donde podemos evidenciar la desigualdad y la exclusión que hoy en día se profundizan producto de la situación económica.
Por ello, es de suma importancia que las políticas públicas que puedan desarrollarse desde los municipios se conviertan en catalizadores del cambio y la transformación social y económica que requiere el contexto actual para lograr una aplicación efectiva de los ODS.
Las políticas públicas desarrolladas desde el primer eslabón del Estado nos permiten construir un paradigma cercano y palpable, basado en evidencia firme que nos sea de utilidad para comprender las verdaderas brechas que existen y las formas de reducirlas.
En la vida local, el proceso de tomas de decisiones no va más allá de lo establecido en las reglamentaciones generales. Por ello, como ciudadanos debemos bregar por propuestas que abran los canales de participación y que impliquen un cambio en esta realidad, fomentando la participación ciudadana y el acceso a los mecanismos de toma de decisiones. Así, podremos lograr que el diseño y el desarrollo de las políticas públicas sea por parte de quienes van a vivir las consecuencias de su implementación.
Ahora bien, para poder contar con actores sociales que puedan participar de forma activa, comprometida y consciente en los procesos de toma de decisiones, debemos promover la educación y el acceso a información sobre estos temas. No solamente a los actores sociales clásicos y cotidianos, sino a la comunidad en general: a los estudiantes, a los vecinos, a los trabajadores, a los adultos mayores y todo aquel que quiera oír al respecto.
Debemos promover la difusión y el fomento de la educación, y la formación en cuestiones de desarrollo sostenible pueden generar verdaderos cambios en la participación, logrando mayores niveles de apertura, en donde los distintos actores que se ven afectados por las medidas políticas llevadas adelante por cada municipio, puedan también participar en el seguimiento y en la corrección de estas medidas si es necesario.
El trabajo en conjunto con los distintos actores mencionados se ve nutrido por ejes como la participación, la transparencia, la apertura de los procesos de toma de decisiones, la educación y concientización en materia de desarrollo sostenible, que en consecuencia nos permiten abordar conflictos estructurales de las distintas localidades desde múltiples dimensiones, pudiendo entender cuáles son las causas subyacentes, para contar con mejores herramientas al momento de afrontar estos desafíos.
La mejor forma de maximizar los recursos y efectivizar esta transformación sostenible es a través de la creación de distintas sinergias que nos permitan encontrar diversos caminos, con el objetivo fundamental de evitar soluciones fragmentadas que solo atienden una parte de este problema estructural que impacta en toda la comunidad, o también de soluciones reactivas, que con promesas paliativas disfrazadas de definitivas, no resuelven el conflicto de fondo, solo minimizan el impacto a corto plazo pero siguen generando un daño en el largo plazo.
Y justamente es lo contrario a lo perseguido por esta concepción sostenible, entendiendo que el futuro no está repleto de recursos ilimitados, no es de abundancia, y tampoco de plenitud, porque las desigualdades cada día aumentan más y las brechas económicas son cada vez mayores.
Por ello, el desarrollo de políticas públicas transversales e integrales, abordadas desde múltiples dimensiones, donde el diseño sea discutido y cuestionado, y su puesta en práctica se dé a través un proceso abierto, participativo y comprometido, nos puede brindar las suficientes herramientas para pensar y planificar el futuro de las comunidades locales de manera asequible, desde un enfoque preventivo y de largo plazo, que posibilite realizar mediciones y análisis para seguir mejorando, teniendo la capacidad de corregir las injusticias que también existen en esta tarea, porque esta es la dinámica económica y sistémica de las sociedades del presente vertiginoso en el que vivimos.