¿Es verde el futuro del transporte de pasajeros en Argentina?
Ante la creciente producción y uso de vehículos eléctricos y la multiplicación de otros medios de transporte alimentados con energías limpias, ¿qué medidas se están llevando a cabo en el sector del transporte público por automotor en la Argentina?

El transporte de pasajeros aborda directamente dos ODS: El séptimo (Energía Asequible y No Contaminante) y el decimoprimero (Ciudades y Comunidades Sostenibles). A nivel global, Argentina se ve muy rezagada en la carrera que se viene disputando durante las últimas décadas en el desarrollo del transporte alimentado con energías limpias y renovables. Si bien los números globales sobre la producción y el uso de unidades impulsadas con electricidad varían constantemente, en virtud de la feroz competitividad generada por esta dinámica industria, los datos aportados por la CEPAL indican que entre China, India y Alemania producen el 66 % por ciento de los buses eléctricos a nivel mundial, mientras que Argentina aparece solamente con el 0,4 en ese ranking.
En lo referido al uso de unidades para transportar personas, también aparece China –muy distanciado de sus seguidores inmediatos– ocupando el primer lugar con más de 420 mil buses circulando por las calles del gigante asiático, contra los tímidos 92 buses que transitan por nuestro territorio nacional. Es obvio que Argentina está muy relegada en el plano mundial frente a las tres potencias económicas antes mencionadas, tanto en materia de producción como también en la utilización de buses eléctricos.
Pero si nos remitimos al ámbito de latinoamérica –particularmente, en lo que refiere a la cantidad de unidades que conforman el parque automotor– nuestra performance también es baja. En efecto, de los poco más de 3,7 mil buses alimentados con electricidad que circulan por la mayoría de los países del continente (excluyendo a EEUU y Canadá) en las modalidades trolebús y a baterías, nuestro país no alcanza el 3 %.
Ante este panorama, y en virtud de los compromisos asumidos oportunamente, Argentina viene impulsando diferentes iniciativas en la materia tales como la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable, presentada en el mes de octubre del año 2021, que además de contribuir a atenuar los efectos de las emisiones gaseosas nocivas para el ambiente apunta a motorizar diferentes sectores de la economía nacional. Dicho proyecto apunta a generar un cambio de carácter sustantivo en el sistema de movilidad, en virtud de las ventajas comparativas que ofrece nuestro país en lo que respecta a la disponibilidad de recursos naturales de valor estratégico (fundamentalmente, el litio), el desarrollo de la industria automotriz y los profesionales altamente calificados con los que cuenta el sector.
Si bien disponemos de una de las mayores reservas mundiales de litio en nuestro suelo, se torna imperioso que la explotación primaria de dicho mineral y su valor agregado (por ejemplo, en la fabricación de baterías) tengan una inmediata vinculación con la industria nacional a los efectos de direccionar los proyectos que se promueven desde las altas esferas del Estado.
En consonancia con la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable, y a los fines de atenuar las emisiones de gases de efecto invernadero y modernizar las flotas de buses que transportan cientos de miles de pasajeros por día, en septiembre de 2022 se impulsó el Plan Nacional de Transporte Sostenible, con el propósito de renovar y adaptar las flotas hacia el gas natural, la movilidad eléctrica y la incorporación de nuevas tecnologías para alimentar a los vehículos de pasajeros y también de cargas. También durante el mes de octubre pasado se llevó a cabo un encuentro entre la Universidad Nacional de La Plata y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a los fines de comenzar a diseñar un plan estratégico para el desarrollo de unidades con tracción eléctrica.
El proyecto tiene por objeto crear una empresa pública-privada que, además de fabricar vehículos eléctricos, tenga la capacidad de reconvertir unidades destinadas al transporte público de personas. Uno de los temas abordados entre los representantes de la casa de altos estudios platense y los funcionarios del gobierno provincial fue el relacionado al curso de la estratégica Planta Nacional de Desarrollo Tecnológico de Celdas y Baterías de Litio (UniLiB), cuya producciòn estarìa en marcha durante el año en curso.
Al mismo tiempo, la empresa Agrale, en sus talleres en Mercedes, Buenos Aires, lanzó al mercado el primer chasis de bus 100 % eléctrico fabricado en Argentina. Si bien aún no existen programas que permitan a las empresas acceder a un subsidio para adquirir estos coches con un descuento –como si existe en países de Europa–, los buses de matriz argentina actualmente son comercializados y explotados en el Reino Unido por Equipmake, demostrando que la industria argentina posee capacidad para intervenir en un mercado sustentable y competitivo, y que con el financiamiento adecuado los coches de emisión cero serán una realidad.

También debemos remarcar que, desde el año 2016, todas las unidades del autotransporte de pasajeros cero kilómetro que circulan en el AMBA (pertenecientes a las líneas 1 a 199 y fiscalizadas por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte) deben cumplir con lo establecido en las normas Euro V, lo que significa que si una empresa adquiere un colectivo con motor a combustión diésel, el mismo deberá ser abastecido con dicho combustible de bajo contenido de azufre (S50/S10) para garantizar un tratamiento final de los gases de escape y, por ende, una reducción considerable de las emisiones contaminantes a la atmósfera en relación a sus predecesores.
En tal sentido, al día de hoy tienen también vigencia las políticas de incentivos para aquellas empresas que opten por unidades con motores con menor emisión, como los de GNC o aquellos alimentados de biodiésel, a fin de poder lograr las metas de reducción de emisiones establecidas para el año 2030.
Todas las iniciativas antes detalladas apuntan a disminuir el preocupante 14 % de emisiones de gases nocivos para el ambiente provenientes del sector de transporte, motivo por el cual se torna necesario equipar a las unidades con dispositivos “verdes”, es decir que se alimentan de energías no contaminantes y renovables.
En suma, nuestro país está relegado en la carrera de la producción y utilización de buses eléctricos, pero se están logrando avances concretos que nos permiten afirmar que estamos en la transición hacia un sistema de transporte de pasajeros alimentado con energías limpias y renovables.