ESI: su necesidad, eficacia y relación con los derechos humanos
El 4 de octubre de 2006 se sancionó en Argentina la Ley 26.150, también conocida como la Ley de ESI (Educación Sexual Integral). En el año número 17 desde su sanción, traigo un análisis de su eficacia, necesidad, su aplicación a todas las edades y cómo esta ley se encuentra ligada a los Derechos Humanos.

¿QUÉ ES LA ESI?
ESI es el acrónimo de Educación Sexual Integral, que es, de acuerdo a la ley 26.150, obligatoria en todas las escuelas de Argentina1. La Ley del Programa Nacional de Educación Sexual Integral describe a esta última como un concepto que “articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”.
Se debe dar ESI en todos los niveles (jardín, primaria, secundaria y otros) en todos los establecimientos educativos del país, y esta se debe adaptar a las edades y conocimientos de quienes participen en el espacio. Esta obligatoriedad se ve apoyada por la Ley 26.206 art. 11 inc. P de Educación Nacional.
¿QUÉ SE ENSEÑA EN ESI?
Al ser una práctica que articula varios aspectos no relacionados directamente con la sexualidad y el sexo, en las clases de ESI se puede enseñar, a parte de los conceptos previamente mencionados, sobre diversidad, los derechos que percibimos, la confianza para expresarnos, igualdad de oportunidades sin distinción de género, efectividad y respeto, entre otros, que pueden encontrar en las recurseras adjuntas.

¿CÓMO SE RELACIONA CON LOS DERECHOS HUMANOS?
A pesar de que la ESI no es un Derecho Humano de manera explícita, sus contenidos sí. En la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado internacional del mismo carácter que la Constitución Nacional, se establecen una serie de derechos, entre ellos el derecho a expresar su opinión y ser escuchado, libertad de pensamiento, a medidas de prevención de abusos físicos, sexuales y psicológicos, y a la salud.
La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994 establece, en su art. 11.5 inc. C, que los establecimientos educativos deben tener como objetivo “Incorporar [...] las cuestiones de salud, incluída la salud sexual, y la igualdad entre los sexos, y mejorar su contenido a fin de fomentar una mayor responsabilidad y conciencia al respecto”.
Todos estos temas mencionados son, o deberían ser, tratados en la Educación Sexual Integral en las escuelas. Como pueden ver, la ESI va mucho más allá de enseñar sobre sexualidad, que también es un derecho. De hecho, al enseñar sobre situaciones riesgosas y alentar a quienes participan del espacio a expresarse y que su voz es válida y debe ser respetada, se previenen y detectan abusos sexuales, psicológicos y físicos, protegiendo de esa forma la integridad de quienes son educados en el marco de la ESI, y reduciendo las desigualdades de género y dándole a todas las personas acceso a la misma información y recursos.
¿CUÁL ES LA EFICACIA EN LA QUE ES APLICADA LA ESI?
Como establecimos previamente, la ESI es obligatoria desde hace relativamente poco tiempo. 17 años es bastante nuevo para un país de más de 200 años. En la ESI hay tres actores principales: el Estado nacional, los directivos, maestras y profesores, y los estudiantes.
El primero tiene un rol más pasivo, en el sentido de que es quien establece los marcos de su enseñanza, pero no es quien lo aplica. El deber del Estado en la ESI es asegurarse que estén disponibles capacitaciones, regulaciones y diversos recursos para quienes lo deben enseñar y quienes aprenden.
El segundo, y a mi parecer el más importante, actor es el personal docente (directivos de escuelas y docentes); estos son quienes implementan la ESI en las aulas. Tienen la obligación de incluirla en la currícula y tratarla desde su enfoque integral.
El tercer actor de la ESI son los estudiantes, de todos los niveles educativos. Son a quienes les debemos, como sociedad, el acceso a recursos e información que esté a su alcance y que puedan comprender, para prevenir enfermedades y abusos, entre otras cosas, como ya mencioné previamente.
En la actualidad, el Estado tiene recurseras para tratar la ESI en distintas edades y proporciona capacitaciones para docentes y directivos. Sin embargo, hay una demanda por más capacitaciones, cuyos temas sean más específicos; y por un mayor acompañamiento. A pesar de esto, en los últimos años el presupuesto dedicado a la ESI fue en aumento hasta 2021, donde se giraron menos fondos que en años anteriores.
A nivel provincial, cada provincia tiene el derecho a implementar y regular la ESI de manera autónoma: la ESI sigue siendo obligatoria en todo el país, pero algunas jurisdicciones decidieron implementar leyes que regulan este tema en específico (CABA, Chaco, Buenos Aires y Santa Cruz, entre otros). Lamentablemente, y a pesar de que, por ley, las escuelas públicas deben ser laicas, en algunas provincias hay cuestiones religiosas que se entrometen en la currícula. Un ejemplo de esto fue Corrientes, donde incluso hubo docentes que se resistieron, por motivos religiosos, a tratar temas de ESI, como la diversidad sexual y los derechos alcanzados en dicho ámbito.
Con esto, entramos a hablar del segundo actor mencionado: los docentes y directivos. La instrucción de ESI depende completamente de estos actores, son quienes lo imparten. Es por eso que se debe hacer hincapié en la necesidad de instrucción sobre su importancia y contenidos. Si ellos no reciben la contención necesaria y los materiales correctos (bien investigados, laicos y con recursos específicos para las distintas edades), no podemos esperar que los estudiantes reciban una educación completa y correcta respecto de la ESI. A su vez, por todas las razones mencionadas previamente, es primordial que los directivos y docentes estén bien predispuestos a la hora de planificarlo y enseñarlo.
A la hora de hablar de los estudiantes no voy a hablar de qué se necesita de ellos, sino sobre el impacto de la ESI en ellos. Hay testimonios de adolescentes que lograron salir de relaciones tóxicas luego de aprender sobre estas y recibir en la escuela la contención necesaria para sentirse cómodos y preparados para esta decisión. Casos en los que pudieron aprender a detectar ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) o incluso detectar y verbalizar sus propios abusos físicos, psicológicos y sexuales.
ENTONCES, ¿LA ESI ES EFICAZ Y NECESARIA EN ARGENTINA?
Más allá de los aspectos a mejorar en su implementación, la ESI tiene consecuencias positivas en los estudiantes y eso se convierte, día a día, en una cuestión cada vez más innegable y palpable. Es necesario darle la oportunidad de una sexualidad más libre de prejuicios a los estudiantes, de darles un espacio para aprender sobre sus cuerpos y, lo más importante, otorgarles espacios seguros para que puedan expresar o tomar consciencia de si reciben abusos de cualquier índole. Para finalizar, desde un punto de vista internacional, la ESI se relaciona con tres de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la Agenda 2030 de la ONU: salud y bienestar, educación de calidad y reducción de las desigualdades. La Educación Sexual Integral enseña sobre salud sexual, ayuda a proporcionar una educación de calidad y a reducir las desigualdades de género y socio-económicas, al otorgar ESI en todas las escuelas, dando las mismas oportunidades y espacios a todos. Por lo que sí, la ESI es eficaz y necesaria en Argentina.