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La importancia de proteger los océanos para el desarrollo sostenible

La conservación de la vida submarina (ODS 14) y las relaciones internacionales juegan un papel fundamental para el desarrollo sostenible. En esta nota, analizamos la promoción de la conservación marina, la gestión sostenible de los recursos y la implementación de políticas que salvaguarden los océanos.

Fuente: EL MUNDO

El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 14, establecido por las Naciones Unidas en su Agenda 2030, se enfoca en la conservación y el uso sostenible de los océanos, mares y recursos marinos, y lleva por título "Vida submarina". Este objetivo tiene una importancia crucial para el desarrollo sostenible global, ya que los océanos cubren más del 70% de la superficie de nuestro planeta y desempeñan un papel vital en la regulación del clima, la provisión de alimentos, la generación de empleo y la promoción del comercio internacional. Sin embargo, la vida submarina se encuentra amenazada por la contaminación, la sobrepesca, la acidificación de los océanos y otros factores antropogénicos. Por lo tanto, abordar y proteger la vida submarina es esencial para garantizar un futuro sostenible para las generaciones presentes y futuras.


El ODS 14 no se puede abordar de manera aislada, ya que implica la cooperación y la colaboración a nivel internacional. La conservación de la vida submarina requiere de una respuesta global y una coordinación efectiva entre los actores internacionales, incluyendo gobiernos nacionales, organizaciones intergubernamentales, ONG, comunidades científicas y el sector privado. La cooperación, la gobernanza marina y los acuerdos internacionales son elementos clave para promover la protección de los océanos y la vida submarina.


Actualmente, los ecosistemas marinos se enfrentan a diversos desafíos. Los niveles de residuos en los océanos son cada vez mayores y están ocasionando un gran impacto ambiental y económico. Al menos el 40% de los océanos se encuentran altamente contaminados y aproximadamente el 24% de los arrecifes de coral se encuentran en peligro inminente de desaparición por la intervención humana, mientras que un 26% se encuentra en peligro de extinción a largo plazo.


Entre los desafíos más significativos que enfrentan los ecosistemas marinos, se encuentra la pesca excesiva y no sostenible que agota las poblaciones de peces y otros organismos marinos, desequilibrando los ecosistemas y poniendo en peligro la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de las comunidades costeras. También, la contaminación causada por actividades humanas, que involucra los desechos o productos químicos tóxicos y la acumulación de plásticos. Estas problemáticas en constante crecimiento afectan gravemente la vida submarina, causando la muerte de animales marinos y la degradación de los ecosistemas.


Otro desafío importante es el aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, que significa un mayor nivel de absorción de CO2 por los océanos. Este fenómeno provoca acidificación en las aguas afectando organismos marinos. Además, la urbanización y la destrucción de hábitats costeros, como manglares y arrecifes de coral, privan a la vida submarina de refugio y fuentes de alimentos vitales.


La conservación de los océanos y la vida marina es de vital importancia para la comunidad internacional. Es esencial preservar esta biodiversidad y garantizar el equilibrio de los ecosistemas acuáticos, ya que los océanos albergan una biodiversidad única y diversa, proporcionando hábitats para una amplia variedad de especies marinas. También, brindan una amplia gama de servicios ecosistémicos, como la regulación climática, la producción de oxígeno, la captura de carbono, el suministro de alimentos y recursos naturales.


Cabe destacar, además, que los océanos desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria mundial. Para muchas comunidades costeras y países en desarrollo, los recursos marinos representan una fuente principal de alimento y nutrición. Por lo que la conservación de los océanos y la vida marina garantiza la disponibilidad de recursos pesqueros sostenibles a largo plazo, asegurando la subsistencia de las comunidades y el suministro de alimentos a nivel mundial.


En lo que respecta a la economía y el empleo global, los océanos son una fuente importante de actividad económica y generación de empleo en sectores como la pesca, el transporte marítimo, el turismo costero y la exploración y extracción de recursos naturales. La conservación de los océanos y la vida marina promueve una gestión sostenible de estos recursos, garantizando la prosperidad económica a largo plazo y la creación de empleo en estas industrias. Los océanos ofrecen oportunidades recreativas y de turismo, proporcionando actividades de gran valor cultural para muchas comunidades.


Dentro del marco del ODS 14, varios actores internacionales protagonizan la protección de la vida submarina. Estos actores incluyen Estados, organizaciones intergubernamentales, ONG, instituciones científicas y el sector privado. En lo que respecta a los gobiernos nacionales, estos tienen la responsabilidad de formular políticas y establecer regulaciones para la conservación y el uso sostenible de los océanos. Esto implica la implementación de áreas marinas protegidas, la promoción de prácticas pesqueras sostenibles y la adopción de medidas para reducir la contaminación marina.


De esta manera, organizaciones como las Naciones Unidas (ONU), la Organización Marítima Internacional (OMI) y la Comisión Ballenera Internacional (CBI), desempeñan un papel importante en la promoción de la cooperación y la gobernanza marina a nivel internacional. Estas organizaciones facilitan el diálogo, la elaboración de políticas y la implementación de medidas para la protección de los océanos y la vida submarina. Las ONG trabajan en la protección de la vida submarina a través de la investigación científica, la sensibilización pública, la defensa de políticas y la implementación de proyectos de conservación. Estas organizaciones trabajan en estrecha colaboración con los actores estatales y promueven la participación ciudadana en la conservación marina.


También, los acuerdos y convenciones internacionales son relevantes para la protección de los océanos y la vida submarina. Como, por ejemplo, La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS, por sus siglas en inglés), que es considerado como uno de los tratados multilaterales más importantes y el más amplio sobre el derecho del mar, en el que se establecen los derechos y obligaciones de los Estados en relación con los océanos. La UNCLOS aborda temas como la conservación de los recursos marinos, la protección del medio marino y la delimitación de las jurisdicciones marítimas.


Asimismo, el Acuerdo de París, que si bien se enfoca principalmente en la mitigación del cambio climático, también reconoce la importancia de los océanos en el equilibrio climático global. Se caracteriza por la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen a la acidificación de los océanos y el aumento de las temperaturas marinas.


En cuanto a las zonas de mar abierto y alta mar, entendemos que la sostenibilidad puede lograrse a través de una mayor cooperación internacional, con el propósito de proteger los hábitats vulnerables, conservar la diversidad biológica y garantizar un futuro sostenible para la industria pesquera. Por lo que es necesario establecer sistemas de zonas protegidas por los gobiernos, que sean integrales, eficaces y de gestión equitativa.


La cooperación internacional es esencial para abordar los desafíos del ODS 14, ya que los océanos y la vida marina trascienden las fronteras nacionales y requieren enfoques colaborativos para promover la coordinación y el intercambio de información, conocimientos científicos, técnicos y tradicionales entre los países. De esta manera, la cooperación internacional facilita la implementación de medidas efectivas e innovadoras para la conservación y la protección de los océanos y la vida submarina.


Otro desafío importante viene a ser el acceso a recursos y capacidades, dado que algunos países pueden carecer de recursos financieros, tecnológicos o humanos para abordar los desafíos del ODS 14. En este caso, la cooperación internacional puede proporcionar apoyo en términos de financiamiento, transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades, permitiendo una implementación más eficiente y equitativa de este objetivo.


En conclusión, el ODS 14 sin duda alguna desempeña un papel fundamental en el desarrollo sostenible. La conservación de los océanos y la vida marina es de suma importancia para la comunidad internacional, ya que al preservar los ecosistemas marinos y mantener la biodiversidad, se asegura la disponibilidad de recursos pesqueros sostenibles, se promueve la estabilidad económica en las comunidades costeras y se fortalece la seguridad alimentaria global. Se requiere una cooperación sólida entre los actores internacionales y la implementación de medidas efectivas para proteger y preservar estos recursos vitales para las presentes y futuras generaciones.

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