top of page
Diseño sin título (5).png

Discos en contexto: Un baion para el ojo idiota

Actualizado: 5 abr

Rock & Roll como contrahegemonía, sonido frenético con potencia única y un mensaje que se ve desde el arte de la tapa hasta el nombre del disco: la promesa de sentarse frente a “la caja boba” y conectarte con lo que pasa en el mundo. Esa soledad disfrazada de conectividad es representada por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en la televisión que, cuando la miramos - o nos mira ella a nosotros - es nuestro ojo idiota.



Un baión para el ojo idiota es el tercer disco de estudio de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, publicado el 9 de mayo de 1988. Luego del éxito que fue Oktubre (1986), los integrantes decidieron distanciarse un tiempo para probar distintos horizontes. Skay Bellinson y “la Negra Poli”, mánager del grupo y pareja de Bellinson, partieron hacia España para que Skay toque con “Los Toreros Muertos”, grupo que le ofreció un lugar permanente en la banda. Esta oferta fue rechazada porque su destino estaba muy lejos de Europa. En su vuelta a la Argentina, encontraron al Indio Solari trabajando en lo que sería su nuevo álbum.

El arte estuvo a cargo del célebre artista Ricardo Cohen – mejor conocido como Rocambole -, quien se encargó de la parte gráfica y estética de todos los discos de la banda. La tapa del álbum cuenta con referencias al nombre, usando un juguete de su hija para ilustrar la enajenación que produce la televisión. Hace pocos meses, se estrenaron en las plataformas digitales piezas inéditas de arte del disco.




El disco se compone de 8 canciones que permiten percibir por lo que estaban pasando los integrantes de la banda en esta etapa. Tenían una vida vertiginosa por el éxito logrado, rock & roll en la sangre y una lírica marcada por un mensaje que siempre caracterizó a la banda: ser expresión de resistencia y hacer escuchar la marginalidad en la que se encontraban sumergidos, poniendo en primera plana al sujeto contrahegemónico frente al sistema que enfrentaban.

Todo empieza con Masacre en el puticlub, historia de un club en el cual puede preverse que va a pudrirse todo. La canción narra una pelea que “por una pipa del nueve arrancó”, en una referencia a una nueve milímetros la cual da comienzo al enfrentamiento. Todo va a terminarse con “el gas coreano”, entendiéndose a esto como la policía cayendo con gases para terminar el conflicto. Mención de honor al increíble video estrenado en MTV, manteniendo la estética de Rocambole al pie de la letra.


La narrativa sigue con dos canciones: Noticias de Ayer y Aquella Solitaria Vaca Cubana. La segunda canción del tracklist es prácticamente una explicación a la consigna del álbum, con un sonido frenético que tiene a Skay como absoluto protagonista con sus característicos riffs, critica a los medios de comunicación por disfrazar las noticias de ayer como primicias y por sobrecargar de información manipulada a los medios, dejando sin horizonte a los consumidores “No sé muy bien sobre que pierna bailo / A veces me agarra”– cualquier similitud con la actualidad es mera coincidencia -. 


En relación a la historia detrás de Aquella Solitaria Vaca Cubana, el Indio Solari en conversaciones con Marcelo Figueras dice “Uno siempre quiere decir alguna cosita, incluso a través de un divertimento. En este caso, era la misma idea que estaba detrás de Masacre en el puticlub: si no tenemos control, o al menos conciencia, de lo que están haciendo los poderosos de verdad allá lejos, va a llegar la llamarada cuando estemos haciendo el asado y nos va a quemar el chanchito. A la pobre vaca le cayó encima un pedazo de satélite… ¡y la mató!” Este texto forma parte del capítulo 11 del libro autobiográfico Recuerdos que mienten un poco.


A partir de acá, con Todo Preso es Político, Vencedores Vencidos, Vamos las Bandas y Todo un Palo comienza una lista de canciones que expresan más en detalle la compleja coyuntura político-social del momento. El disco se realiza en el final del alfonsinismo, ya en el ocaso de la primavera democrática y con padecimientos que se arrastraban desde la dictadura cívico-militar, en una más que difícil realidad económica caracterizada por la informalidad y el cuentapropismo. Esta marginalidad es la que expresan Los Redondos, poniendo en primera plana al sentimiento del sujeto nacional sobre el miedo de una vuelta del régimen dictatorial, con un imaginario social que veía (y sentía en su bolsillo) una continuidad económica de ese proceso infame. 


En Todo Preso es Político habla del sistema carcelario, las condiciones inhumanas en las que se encuentran los detenidos y que “Si esta cárcel sigue así, / Todo preso es político”. Mientras las condiciones de las cárceles sigan siendo pésimas, todo preso puede considerarse político más allá del delito que haya cometido. “Obligados a escapar / Somos presos políticos” refiere estrictamente a los presos políticos, personas detenidas injustamente por las ideas que defienden y que, por lo tanto, tienen la obligación de intentar escapar. Por analogía se entiende que los presos comunes, quienes en realidad también son presos políticos, deberían intentar escaparse.


Vencedores Vencidos es una sátira a la frase utilizada por el General Lonardi durante el golpe militar de 1955 “No vencedores, ni vencidos” la cual fue retomada por el entonces presidente Raúl Alfonsín de forma irónica como eslogan de campaña. El expresidente se opone a ella, no se responsabiliza del significado que trae aparejada, sino que la usa como respuesta a la teoría de los dos demonios la cual justificaba el actuar de las fuerzas militares por lo que hicieron los mal llamados grupos guerrilleros. Vencedores vencidos vendría a ser el sujeto social que se cree vencedor por la vuelta de la democracia pero que en verdad está vencido porque las consecuencias económicas, sociales y políticas de ese periodo seguían vigentes. “Se rompe loca mi anatomía / Con el humor de los sobrevivientes”. Los sobrevivientes serían quienes sobrevivieron a la dictadura y su malestar quiebra al Indio, quien percibe en ellos el ocaso del bienestar democrático. 


Vamos las Bandas es una crítica a los grupos que “tranzaron” con los militares para evitar represalias en su carrera “¿Y cuánto vale ser "La banda nueva" / Y andar trepando radares militares?”. Esta es una canción plagada de referencias a la cocaína y a su beef con Soda Stereo “¿Y cuánto valen todas tus enfermeras? / ¿Y tus temblores de moco super-caro?” “¿Y cuánto vale tu estómago crispado? / ¿Y tus narices temblando por el miedo?” dos referencias a Cuando pase el temblor de Soda, así como también “¿Y cuánto valen tus ojos maquillados? / ¿Y meditar con éter perfumado?” una burla a la estética utilizada por Soda en esa época.

Por último (mención de honor a Ella Debe Estar Tan Linda) el disco finaliza con Todo un Palo, canción emblemática de la idiosincrasia ricotera. “El futuro llegó hace rato / Todo un palo, ya lo ves” el futuro como una desilusión, ese horizonte que anhelabas ya llegó y es igual de malo que antes. Con “Yo voy en trenes / No tengo donde ir” hay dos interpretaciones: una más lineal que refiere a un hombre vencido el cual no tiene donde caerse muerto, y otra que la ve como una respuesta a la frase de Charly García “No voy en tren, voy en avión”, poniéndose en el lugar de un hombre terrenal sin posibilidades de viajar en avión. “¿Cómo no sentirme así? / Si ese perro sigue allí / ¿Que podría ser peor? / Eso no me arregla” En este constante dialogo imaginario que dura toda la canción, le reprocha al interlocutor que no puede ignorar lo que está pasando, que es imposible no sufrir; y que podría ser peor no es un consuelo valido, sino que lejos de hacerlo sentir mejor, sigue dejándolo roto.


Las letras de Los Redondos no tienen un significado único ni definitivo, lo mágico de su obra es el efecto que producen, que funciona como espejo de una época y que reflejan la realidad argentina del momento. En este ensayo, intentamos acercarles algunas interpretaciones posibles y poner en contexto lo que ocurría mientras Los Redondos hacían historia grande de la música nacional.

Diseño sin título (4).png
bottom of page